Lo primero es lo primero. Felicitaciones a los Miami Dolphins por una excelente victoria conseguida como visita, ante un rival que dejó todo en la cancha. Este equipo del sur de La Florida, de mantenerse saludable, será un fuerte candidato para llegar lejos en la conferencia americana.
Segundo. Es la semana 1. Quedan 16 partidos de temporada regular. Tranquilos. No hay que quemar nada. Se perdió un partidazo ante un gran rival.
Miami necesitó 536 yardas para ganar hoy. Esta ofensiva de Miami fue una de las tres mejores de la temporada pasada, no nos olvidemos. Puede que sea cierto que la última victoria ante este mismo equipo en diciembre pasado haya creado la falsa idea de que se había encontrado "una fórmula" para detener a estos explosivos Dolphins. Miami tendrá partidos así contra varios rivales esta temporada. Y Tyreek Hill y Tua Tagovaioa tuvieron uno de los mejores partidos que se hayan visto en la historia de la NFL.
Y, aun así, el equipo tuvo la posibilidad de ganar el partido en la última ofensiva. Con todos los problemas vistos en defensa, Justin Herbert tuvo el ovoide en sus manos para buscar el gol de campo. Si me daban este panorama antes del juego les decía enseguida; "Donde lo firmo?".
Es la NFL. Estos partidos los tiene que perder un equipo. La defensa de Miami necesitaba tener una secuencia donde detuvieran a los Chargers. Y lo consiguieron. Muchos partidos de la NFL se van a decidir así, porque en ofensiva o en defensa tendrás un día duro. Pero la pregunta es la misma, ¿puedes hacer la jugada grande cuando más importa? Ahí está el juego.
Ambos equipos se combinaron para 998 yardas totales, uno de los números más altos en la historia de los juegos de apertura de la NFL.
"A veces partidos así ocurren en la NFL. La última vez que jugamos contra estos tipos, resultó de otra manera," dijo Brandon Staley después del partido.
Puntos a mejorar con miras al siguiente juego ante los Titans en Tennesee (bueno, Nashville):
DEFENSA:
Aun considerando el calibre del rival, esta fue una de las presentaciones más difíciles de la unidad recientemente en todos los niveles. Pero el daño aéreo causado por Miami no debe hacernos olvidar algo muy importante.
Por tierra los Dolphins solo consiguieron 70 yardas, lo cual de inmediato hubiese sido uno de los mejores partidos defensivos la temporada pasada, en esta faceta del juego. De nuevo, no todos los equipos tienen a los receptores que tienen estos Dolphins. Si los Chargers pueden mantener la carrera rival alrededor de este vecindario, estarán muy bien esta temporada.
Ahora, por aire es otra historia. Ante Miami Staley y Derrick Ansley (coordinador defensivo) hicieron varios ajustes durante el juego. Asante Samuel Jr. comenzó el partido como esquinero star (ubicado entre la lateral y la línea ofensiva) para después pasar exclusivamente a la línea lateral, su posición más natural. Y J.C. Jackson no jugó en gran parte del segundo tiempo, y fue Ja'Sir Taylor quien vio tiempo durante el partido.
Jackson, quien venía de una larga recuperación tras romperse el tendón rotuliano el año pasado, tuvo un partido lleno de altibajos. Como mencionó Staley, nadie en defensa tuvo un buen partido. No solo fue Jackson.
Khalil Mack lo resumió; "Un football de campeones no se juega así, y si queremos ser campeones, eso es inaceptable."
Intentaron diferentes paquetes de personal, pero no pudieron contener los pases de Tagovailoa, en gran medida, porque el QB visitante siempre tuvo tiempo para escanear la cancha, hacer sus lecturas y lanzar la pelota rápidamente.
Como dijo Mack tras el juego; "Definitivamente, una derrota humillante para la defensiva."
OFENSIVA:
Ya lo habrán escuchado en distintos lugares. 34 puntos te pueden ganar muchos partidos en la NFL (la temporada pasada el equipo promedió 23 por juego). Seguramente sea cierto, pero Miami tampoco es como muchos equipos en la liga. Lo cierto es que la ofensiva del flamante coordinador del conjunto del rayo, Kellen Moore, mostró todos los pergaminos que por cuatro temporadas tuvieron a Dallas como una de las mejores ofensivas del deporte.
El ataque terrestre confirmó lo mostrado en la pretemporada. Ante Miami corrieron para 234 yardas en 40 acarreos a un promedio de 5.8 yardas por intento. En la temporada pasada, solo cuatro veces la ofensiva tuvo más de 100 yardas por tierra (promediando 89.6 yardas por juego). El domingo todavía no terminaba el segundo cuarto en el SoFi y ya se había superado ese número.
Los Chargers se convirtieron en el primer equipo, desde el 2010, en correr para 220+ yardas y anotar tres TD por tierra en la primera semana de competencia. Durante la semana continuarán publicándose analíticas avanzadas del partido, pero el % de éxito (yardas sumadas por número de acarreos) que tuvieron los Chargers fue uno de los más altos en los últimos 20 años en un juego de temporada regular.
Austin Ekeler lideró a los RB con 117 yardas y un TD en 16 acarreos a 7.3 yardas por intento, mientras que Joshua Kelley consiguió 91 yardas en igual número de acarreos y un TD a 5.7 yardas por intento. Si este equipo continúa imponiéndose en la línea de contacto como lo hicieron hoy, créanme de nuevo, todo estará bien. Un equipo que corre el ovoide a un alto nivel, con la clase de QB que tienen los Chargers en Justin Herbert, será un equipo muy difícil de vencer. Mientras más se establezca ese ataque por tierra, más ventanas aéreas se le comenzarán a abrir a Herbert y a sus receptores. Ante Miami, Keenan Allen consiguió algo de impacto con 76 yardas en seis conexiones.
El siguiente domingo tendrán a Ryan Tannehill y DeAndre Hopkins como los rivales aéreos (hoy en New Orleans se combinaron para 63 yardas). No son Tua y Hill, así que el rendimiento defensivo puede mejorar. El problema es que al frente y por tierra no estará Raheem Mostert, será Derrick Henry (quien en la derrota ante los Saints sólo corrió para 65 yardas). Y Henry quizás responderá al mal partido de hoy como los grandes suelen hacerlo.
Pero de eso se trata la NFL. Los que ganan sólo tienen esta noche para disfrutarlo, y a trabajar. Y los que pierden sólo tienen esta noche para lamentarse, y a trabajar. Esta liga no espera a nadie y ninguno de los dos equipos querrá comenzar el año 0-2.
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